SNAKEYES (ESP) – Evil must die, 2020

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Quienes ya me hayan leído en alguna de mis críticas ya sabrán que siento cierta predilección por esta banda, que ha sabido dar un nuevo empuje a su trayectoria y, es más, crear un nombre que suena a lo que defienden, puro metal del bueno. Siguen sonando clásicos, pero con aires nuevos, como ya dije en al review de Metal monster.

En cuanto acaba la locución en «War machine» empieza lo bueno: un bajo tremendo que sí es una máquina de guerra, una caja en la batería que te espabila más que un bofetón a las seis de la mañana, unos bendings en la guitarra que te invitan al grito más salvaje y nuestro amigo Cosmi, que sigue haciendo de las suyas con su tremenda voz.

En serio, cuesta decir un tema con el que quedarse. La banda ha elegido como primer videoclip el tema «The evil dead«, pero perfectamente podrían haberse decantado por «I am evil» (pedazo estribillo, oiga), «The clown and the God» o «All gods are dead«. Pero quizás sí me gusta especialmente «Dead don’t ride«, aunque no sea el tema más revolucionado; tiene una melodía que te envuelve desde el primer compás como si fuera una telaraña, de tal forma que cuando llegas al estribillo ya no hay quien salga de él.

José Pineda lleva a sus espaldas la mayor parte de la carga compositiva, lo que tiene un enorme mérito ya que no hay ni un sólo corte que suene a relleno, sino que todos y cada uno de ellos tienen un sentido y una finalidad en un disco en el que se habla de la personificación del Mal en la guerra, la política, la religión o el cine y la literatura de terror. Está claro que sin el bajista a la serpiente le faltaría un ojo, pero cada vez que le doy una vuelta al disco me queda clarísimo que el hecho de que la formación de la banda se mantenga constante ayuda enormemente.

Pues como conclusión sólo se me ocurre decir: pedazo de disco.

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