RÄNA (DEU) – Armament, 2021
Lo diré alto y claro desde la primera línea del artículo. Si este EP no se ha colado en la tradicional lista de «Mejores álbumes de 2021» ha sido por no descubrirlo a tiempo, sin más. Tampoco era muy difícil no enterarse, porque la información que circula del grupo es escueta, la justa para articular informativamente cualquier reseña. Más allá de que son un cuarteto procedente del mismo centro de Alemania, en la Baja Sajonia rodeada de bosques y que ellos mismos se consideran como blackened crust, sólo existe el vacío.
Pero podría apostar que sus miembros son ya veteranos en esto de la música extrema, porque el nivel que muestran a lo largo de las cuatro canciones es casi imposible de alcanzar para cualquier amateur. Creo incluso que las etiquetas de neocrust o black se quedan muy cortas en este caso. Podría decirse que es una base mínima para comprender qué estamos escuchando. Sólo en «Armament» que abre este EP, ya tenemos secciones doom. Pero aún así es la más cercana a lo que tenemos en mente como black/crust: D-beats, voz rasgada rota y riffs más metálicos. Las partes lentas, si acaso representarían un plus de distinción. Si el trabajo entero fuese en la misma línea, no nos habría motivo alguno de queja, aunque quizás se haría un poco más largo de lo deseado. Entonces ¿por qué conformarse con hacer algo bien cuando podemos hacerlo aún mejor?
Pues «Pyres» nos rompe el cuello y las expectativas, planteándonos si nos hemos equivocado de grupo. Siete minutos donde suplantan a SOLSTAFIR, DYNFARI o WARDRUNA (sin tanto elemento folclórico) relajando nuestros sentidos a través de unos coros magistrales… Para tirarnos de la silla pasado el ecuador del tema y acabar con una sección de post black rapidísimo, donde toda la ira suprimida durante la primera mitad, aquí se concentra por completo.
Si los cuatro cortes rondan los seis/siete minutos es porque nos agarran y no piensan soltarnos hasta el final. Cuando cada canción parece que vislumbra el final, llega un nuevo giro de guión, normalmente a más violento. Incluso en las partes más lentas sabemos que el cambio puede llegar en cualquier instante, por lo que no se hace tedioso. Todas las canciones están construidas de manera brillante, no importa si es black, post o crust (de hecho diría que este último es el ingrediente en menor medida), así que no quiero ni imaginar por cuantas reconstrucciones habrán pasado hasta llegar a su forma final.
Y sin embargo, incluso enumeradas todas estas virtudes, el aspecto que más me ha convencido es el más subjetivo. Todo el EP emana un aura negativa y pesimista. Es casi una obviedad viniendo de un grupo que toma buena parte de sus ideas del black y el crust ¿pero cuantos lanzamientos supuestamente «malévolos» pasan sin pena ni gloria por nuestra mente para ser olvidados poco después? Puede que sea por el lúgubre cierre de «Im Joch«, muy deudor de SHINING en lo musical y que cierra con esa estructura circular. Un inicio y final bastante calmados, a kilómetros de distancia de la furia con la que arrancaba el trabajo. Es un largometraje con un final triste, pero con un nivel incuestionable.
Si otros EPs tienen el problema de fondo que alargarlos restaría impacto al conjunto, mostrando temas más flojos y o de relleno, la música de RANA podría extenderse a un álbum completo y no se resentiría lo más mínimo.