MASAKRE (IDN) – Morbid Extinction, 2022

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Formados en 2017 y con tres EPs a sus espaldas, no puede decirse que los indonesios MASAKRE jueguen al despiste o a la ambigüedad con su música. Desde sus portadas, incluida la que nos ocupa, pasando por las versiones realizadas a lo largo de su breve carrera a MAYHEM, HELLHAMMER y los primeros SEPULTURA, el propio nombre (aunque con poco parecido con su homólogo de Florida) hasta, cómo no, el sonido, MASAKRE son todo lo que podemos esperar de una banda de death metal del Sudeste Asiático: Música bruta, bestia, sin filtros y con una producción bastante sucia. En línea con la siempre fértil industria de brutal death metal y grindcore en aquellas tierras.

Ellos mismos se denominan death metal/crust, aunque más bien son un remanente de la época de aquellas bandas mencionadas, donde los límites entre death y black no estaban definidos porque tales etiquetas no existían. Durante los 10 minutos y cinco cortes que ofrece Morbid Extinction la banda no deja demasiado tiempo a la respiración, dividiendo su escaso tiempo vital entre los medios tiempos oscuros y densos y aquellos mucho más veloces que, entre la producción saturada y el registro vocal de Dirga, que no ruge, sino que escupe las palabras, se crea una muralla de ruido casi cacofónica, pero desde luego devastadora.

Puede suceder, y no sólo debido a la escasa duración del EP, que lo hayamos finalizado y literalmente no hayamos sido capaces de asimilar qué hemos escuchado. Supongo que este ataque sonoro a múltiples bandas estaba más que preparado, pero el aspecto negativo es que necesitaremos bastantes escuchas para poder absorber que ha tratado de hacer la banda indonesia. No hay un gancho que nos haga recordar qué hemos presenciado, sino una apabullante lluvia de golpes. Algo que no deja de ser digno de mención, pero es algo que quizás era más esperable de una banda de grindcore, donde sabes que tendrás 20 canciones concentradas en sendos 20 minutos. Te dan igual los riffs, importa más la velocidad y cómo se enlaza un corte con el siguiente.

Cuando tu base es el death metal, cuando estás esperando el riff que te deje incrustado en el suelo, este no termina de llegar. Quizás por eso me haya pesado más de la cuenta la falta de algún momento memorable. No obstante aprecio esa agresividad desmedida, ese sonido asqueroso y pútrido y puede que bien en un futuro disco opten por ir totalmente a saco con la velocidad o bajarla ligeramente y concentrarse en esos riffs densos que aquí existen en muy pequeña proporción. Estoy seguro que pueden clavar cualquiera de ambas opciones, pero que elijan.

 

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