ISGHERURD MORTH (RUS) – Hellrduk, 2021

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Las asociaciones mentales que hacemos los seres humanos con aquellos que no conocemos son, cuanto menos, curiosas. El primer dato que me llamó la atención de este grupo al conocerlo no fue su estilo, ni algún miembro en particular… sino su origen. Este trío establece su ciudad de formación en Krasnoyarsk, un dato que nos deja indiferentes a simple vista hasta que lo ubicamos en Google Maps: En plena Siberia. A partir de aquí, surgirán mil tópicos en la cabeza de cada cual, cuya pregunta más recurrente podría ser: ¿qué hace una banda de Siberia por aquí? Hasta que caemos en la cuenta de que Europa y América del Norte no inventamos el mundo y nos dejamos de piruetas mentales, cuando lo realmente inusual del grupo no es su ciudad (aunque tiene su exotismo, qué le vamos a a hacer), sino su música. 

Su etiqueta, de acuerdo con la Metal Archives, es black metal vanguardista/progresivo. Lo que nos lleva al primer cruce de caminos: ¿son realmente aplicables estas etiquetas o no son más que una autocalificación pretenciosa? Puedo decir que Hellrduk caería en la primera categoría, pero con todas sus consecuencias. 

Tratar de hacer algo vanguardista supone hacer algo realmente distinto con respecto a la corriente actual y, sobre todo, ser consciente de que ese vanguardismo no recibirá muchas calificaciones grises, sino muy a favor y muy en contra. Y me temo que me posiciono en el bando de aquellos a los que no les ha convencido demasiado la Ópera Prima de los siberianos, aunque sería incapaz de calificar a Hellrduk un mal disco sin más. Esta flagrante incoherencia la baso en que el problema no está en la materia prima, sino en la manera de tratarla. 

Suelo apreciar cuando un grupo pega volantazos inesperados en medio de una canción porque es algo que uno no se espera, y demuestra imaginación por parte de los músicos. Y de hecho en «Kultth Tormentr«, la segunda canción del disco, pasan de un black moderno a una sección mucho más stoner, para más tarde volver a la senda anterior. Lo malo es que considero que hay demasiada monotonía hasta llegar a ese volantazo. Y aunque este me anime, si vuelves a una sección similar en lugar de ir más allá y crear una hipotética tercera parte, lo que no me entusiasmó una primera vez no lo hace en su segundo intento.  

Puede que mi problema sea cuestión de expectativas, porque cuando demuestran que pueden hacer algo bien, acto seguido hacen algo que no es tan bueno. «Inferhn«, la apertura de Hellrduk, representa muy bien esa canción con la que hay que tener mucha paciencia para sacarle provecho. Usa el black como base, pero a partir de ahí puede meter algo de post o de death metal. Todo en pequeñas dosis, pero funciona para no caer en el tedio. Y, sin embargo, la otra cara de la moneda puede ser «Lucir stormalah«, a la que no puedo salvar a pesar de tener una línea de bajo muy juguetona y muy libre, pues acaba siendo demasiado monótona con tanto blast beat, dando incluso la sensación de ahogar la voz.

No tengo problema alguno con el black basado únicamente en la velocidad, lo malo es cuando decides confiar todo a una sola arma, y a esta le falta potencia. Podría aplicar la regla de «1º bien, 2º mal» a la inversa, pues vuelven a sacar lo mejor de sí mismos en el cierre, en «Beliath todh grimr«. Todas las malas lecciones que pudieran tener los cuartos cortes anteriores aquí misteriosamente desaparecen. Los medios tiempos están perfectamente metidos, así como las influencias no metálicas, las partes más violentas no duran más de lo necesario, funcionan los contrastes y tiene un final bastante post que cierra de manera perfecta todo. Y, sin embargo, todo dura apenas cinco minutos. Hellrduk acaba en el mejor momento; incluso «Beliath» podría haberse alargado y el resultado no habría desentonado. 

Pero al final da igual, porque cuando sólo tienes media hora de música y apenas la mitad de esta te ha convencido realmente, significa que algunos de los materiales aún estaban crudos. Precisamente por aquello bueno que atesora no soy capaz de calificarlo como una mala obra en sí, y porque seguramente donde yo he visto cosas por pulir otros verán genialidades. Pero hoy no me subiré en ese barco, aunque sí aprecio su esfuerzo para tratar de salirse de la norma, aunque el intento no haya sido perfecto. 

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