DÉHÀ (BEL) – Doomed youth, 2021

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deha_cover_doomed_youthHace un par de meses recibía la descarga promocional de Doomed youth. Fue una petición propia tras haber descubierto este proyecto unipersonal en una de esas inmersiones por los tremebundos mares de Bandcamp. La Gran Jefa tuvo a bien remitirme el disco porque le parecía además muy interesante que habláramos de tan singular personaje. Trasteo por aquí y trasteo por allá y la casa sin barrer. A la que me pongo a recabar datos me cuesta un rato interpretarlos y reconozco que de primeras me lo tomo todo un poco a cachondeo. Olmo Lipani pertenece activamente a diecisiete proyectos, siendo DÉHÀ, junto con SLOW y WOLVENNEST los que más han transcendido. Solamente con DÉHÀ, este polifacético músico ha editado en el año 2020 trece trabajos, en el 2021 lleva siete y ya va a por un octavo en el próximo mes de noviembre. Posiblemente acabe el año cerca de la decena.

Cuando este tipo de datos se nos presentan encima de la mesa, lo primero que cabe pensar es que Déhà o es un genio o bien un vendedor de humo sin ningún tipo de vergüenza. Y, la verdad, repasando todo su trabajo con DÉHÀ he de admitir que se trata más bien de lo primero. Con tan ingente cantidad de material cabría pensar en malas producciones y repetición de ideas, pero lo cierto es que estamos ante un compositor realmente brillante, que tanto le da embarcarse en un estilo como en otro, virando más rápido entre subgéneros del metal extremo que un niño en agarrar una piruleta. Sí es cierto que Déhà donde más cómodo se siente es trabajando dentro de los parámetros de black metal y el doom metal de corte atmosférico, aunque puede sorprender al oyente tornando de un extremo hacia otro sin apenas despeinarse y ofreciendo siempre una calidad notoria, tanto en el aspecto compositivo como en el concepto y el arte de las portadas, facturando también buenos trabajos instrumentales de piano, muy sugestivos e incluso poéticos, dónde reina la improvisación y la introspección. Tampoco desdeña meterse en terrenos de música ambiental que llama al relax y en contraposición a ello escupir discos de vanguardista death metal, drone, noise o post metal. 

 

 

¿Con qué podría sorprendernos Déhà esta vez? Pues con el subgénero que hasta el momento no había tocado: el doom/sludge metal. Sí, amigos y amigas, un señor disco de fumeteo imponente, que lo podría facturar cualquier banda experimentada por estas lindes. Es este un disco digamos más estándar, de esos que tienen varias canciones y no solamente una o dos piezas largas como acostumbra a concebir los discos este músico. Sin duda alguna Doomed youth es un trabajo que nos puede sonar algo más familiar porque el oído sí reconoce este tipo de estructuras no tan experimentales y también nos permite apreciar una faceta rítmica más inspirada por parte del músico haciendo de la simpleza y la contundencia su mayor arma. También el apartado vocal está muy bien trabajado ofreciendo su registro más limpio y épico hasta la fecha. 

Lo que no cambia en Déhà es la tendencia de componer temas extremadamente largos. Los casi nueve minutos de «Devil´s words» abren Doomed youth trayéndonos al frente todo el sabor del doom metal tradicional. La pesadez de las guitarras se ven enriquecidas por extraños efectos que provocan un indefectible «efecto hamaca» que nos sumerge en un duermevela dónde las palabras diabólicas escupidas por la gruesa garganta de Déhà nos hace vislumbrar sombras maléficas danzando en la oscuridad. El fuzz y la distorsión son los ingredientes principales de «Better to reign in hell«, en la que Déhà se pone en la piel de un bluesman imbuido por diabólicas pretensiones, sirviéndonos de guía  para atravesar ese oscuro pantano que se ha interpuesto entre la realidad y nosotros, metáfora de la propia psique del músico, para poder llegar vivo más allá de los confines de la mente. Tras un cuarto de hora de viaje por pantanosas tierras y parajes ruinosos, el tormento mental al que hemos sido arrastrados se viste con traje de gala en «Snake of gloom«, acaso la pieza más rica en matices del trabajo aunque igualmente pesada y absorbente. El músico no tiene piedad y sumido en la mayor de los delirios deja para el final el tema más tenebroso, dónde saca a relucir esa faceta atmosférica del doom que tan bien se le da con la interpretación del «At the onset of the age of despair» original del dueto femenino GALLHAMMER, una de las principales referencias niponas del metal depresivo. Realmente es un final que no ofrece muchas esperanzas por ver la vida con positividad, pero si has llegado hasta aquí es porque obviamente este tipo de cuestiones han pasado a ser peccata minuta para ti y encuentras disfrute donde otros solo pueden alcanzar a sentir dolor, asco y agonía.

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