DEATH FETISHIST (USA) – Clandestine sacrament, 2016
Suele pasar que cuando un miembro de un grupo relativamente conocido en el underground del metal lanza un proyecto paralelo, las miradas se dirigen a él con escepticismo y sobretodo, con ánimo comparativo con respecto a la banda base. En efecto, este es uno de esos casos, más específicamente el de Matron Thorn, creador de la banda unipersonal BENIGHTED IN SODOM y una de las bandas que más atención ha llamado en la última época, para bien o mal, AEVANGELIST. Que han ido a disco por año, con unos resultados bastante discutibles (desde gente que los alaba enormemente, hasta el más absoluto de los desprecios, de todo cabe). Para esta andadura se ha unido a Grond Nefarious, batería de PANZERGOD y entre ellos dos se ocupan de todo (colaboraciones aparte).
Es muy arriesgado responder a la pregunta del millón, si DEATH FETISHIST supera a AEVANGELIST o viceversa, y más cuando eso es algo relativo, queda a merced de cada oyente. No obstante, sí puedo afirmar rotundamente que DEATH FETISHIST logra ser una entidad separada, con un enfoque distinto al black/death/doom cavernoso, pero por otro lado, las reminiscencias a AEVANGELIST son muy patentes. En pocas palabras: ambos grupos se parecen, pero no lo suficiente como para llegar al autoplagio.
Ambas bandas se enfocan muchísimo en la atmósfera, tanto que es su pilar principal, pero si AEVANGELIST era más abrasivo en sus primeros años y ahora ha virado hacia un enfoque más experimental. DEATH FETISHIST tiene una perspectiva no tan densa (pero que nadie se equivoque, Clandestine sacrament sigue necesitando mucha paciencia y tiempo), pero sí relativamente más tradicional.
El grupo sabe perfectamente lo que hace, todo está enfocado a conseguir un enfoque concreto en su música. No se si acertaré en averiguar su enfoque, pero posiblemente el objetivo es evocar un aire a película de terror, algo que me parece lo mejor de este Sacramento clandestino. Para ello, además de los cortes más «tradicionales», el álbum cuenta con una introducción («The gifted medium»), un interludio («Verbrannt in altem Morast») y un outro (este dentro de la bestialidad de doce minutos «Upturneth the Chalice») que se adentran en el terreno del dark ambient, pero de una manera no tan minimalista como cabría esperar («Verbrannt…» cuenta incluso con arreglos de cuerda). De ahí que realmente la sensación que genera el escuchar esos cortes sea el encontrarse ante el score de un largometraje, más que ante un disco de black metal. Luego lees que en Clandestine sacrament les ha echado una mano gente como Jürgen Bartsch de BETHLEHEM o Mories de GNAW THEIR TONGUES y uno entiende por qué la atmósfera está tan trabajada.
De aquellos polvos vienen estos lodos, y por ello, cuando se empeñan en transmitir ese ambiente de film de horror, es donde realmente se aprecian los mejores momentos del dúo: En los medios tiempos, donde dejan respirar a la atmósfera, en lugar de atropellarla a base de blast beats. No quiero decir con esto que deban de hacerlo, entiendo que sea necesario para darle un plus de variedad al disco, pero un mayor enfoque en las partes lentas y oscuras (que ya las hay, por supuesto, a patadas) habría derivado en una obra aún más siniestra, y creo que mejor. Para saturación y blastbeats ya están precisamente AEVANGELIST. Aquí no nos interesa demasiado eso.
Aún así, creo que tienen un equilibrio entre rabia y oscuridad bastante logrado. Por ejemplo, «Upturneth the Chalice» logra el efecto hipnótico deseado (muy adecuado para cerrar la obra), sin prescindir de momentos rápidos. Es ese equilibrio el mayor punto a favor… el mayor en contra es la producción. Vete a saber por qué, los platos de la batería suenan artificiales, no tienen un sonido orgánico y eso choca con el resto de los instrumentos. Precisamente el tratamiento de la batería siempre ha sido uno de los caballos de batalla de AEVANGELIST, aunque Matron Thorn no toque la batería en dicha agrupación. Igual ese tono es totalmente consciente y deseado, pero yo no lo acabo de ver…
Hay que tener en cuenta que, por mucha experiencia que tengan los músicos, esto no deja de ser un debut. No es perfecto, no siempre llama nuestra atención, y más con la densidad que conlleva, hay momentos más logrados y otros no tanto, pero aquí hay madera para construir algo mucho mejor aún.