BUIO MONDO – Italia violenta, 2015
«Edwige escuchó un ruído, tenue pero suficiente para asustarla. Estaba sola y debido a la incesante lluvia torrencial que trajo aquella maldita tormenta, la casa estaba a oscuras. No se percató de la mano enguantada en negro que subió asiendo un brillante cuchillo con una afilada hoja en la que se reflejó por un segundo la luna. La misma luna que vería a Edwige morir poco después. El arma subía y bajaba, cada vez tiñéndose más y más de rojo. Los gritos ahogados de la muchacha rasgaban la noche. Su camisón ya estaba completamente ensangrentado segundos después. Tras los desgarradores chillidos, sólo quedaron la oscuridad y los pasos de aquella figura de negro, atormentada por la más insana locura, que se alejaban para siempre de Via Condotti.»
Un vinilo misterioso cual giallo, sin apenas información, con tres temas por cada lado, siete sellos discográficos involucrados en el crimen, media hora de música y una obvia admiración por el terror italiano. Tremendo. Para los tiempos que corren, propuestas como la de BUIO MONDO es algo digno de alabanza. Poco más se sabe de este grupo excepto que hay gente de grupos como DESTINO/ENTIERRO y MUERTE POR MIL CORTES. Es casi misión imposible enumerar los homenajes que te puedes encontrar en este disco, ya desde el nombre del grupo (mezcla de la, para mí, mejor película de Joe D’amato, «Buio omega», y uno de los géneros más salvajemente explotados, el mondo) hasta el título de las canciones, con mezclas deliciosas de títulos de giallos (aunque la inicial «A mezzanotte mi prendo la tua carne» suena bastante al loco brasileño Zé Do Caixâo).
Musicalmente, el álbum suena muchísimo a los maestros GOBLIN (o I GOBLIN, como gustéis), mítico e imprescindible grupo de rock sinfónico que pusieron su genialidad al servicio del gran Dario Argento (con el cual Claudio Simonetti, líder de los desaparecidos GOBLIN y enfrascado en homenajes a su cine sigue guardando una gran amistad), con mucho teclado setentero y baterías rockeras, aunque también hay influencias de compositores de la talla de Fabio Frizzi o Riz Ortolani. Por ejemplo, «Una candela per il diavolo» empieza con una gran similitud al tema central de la excepcional «Demons» para acabar de forma absolutamente oscura. O «Tutti i colori del sangue», que parece sacada de un film del gran Lucio Fulci, con influencias de los GOBLIN de «Zombie» de Romero y algo del Stefano Mainetti de la maltratada pero muy disfrutable «Zombie 3».
Damos la vuelta al disco, y suena «Sette lame nell’oscurità», la más extraña y demencial, con distorsiones macabras en el más puro estilo Argento. Hablando del director romano, sigue «Il gatto con la coda di cristallo», homenaje obvio a dos de sus seminales giallos, para cerrar con «Omicidio sotto le luci al neon», siete minutos que empiezan con reminiscencias del «Holocausto caníbal» de Ortolani para poco a poco tocar todos los palos que definen a BUIO MONDO como grupo, que no son otros que los más honestos y trabajados homenajes al cine de terror italiano, influenciado sobremanera por GOBLIN y que dejan absolutamente satisfecho a cualquier curtido fan.
Por el momento, Italia violenta está a la venta únicamente en vinilo (verde, precioso) y en digital, y que se sepa, los miembros de la banda no tienen pensado editarlo en cd. Mejor, ya que el concepto de BUIO MONDO, mucho más allá de lo musical, está perfectamente creado para ser lo que se espera de él, con su aura misteriosa, su artwork tan simple como efectivo y su pasión por el cine y la música italiana de género. Imprescindible.