BOURBON SOCIETY – Alkoholiseum, 2011
Bueno, bueno, bueno. La batidora del bourbon ha vuelto a funcionar, cual artefacto triturador de cerebros con múltiples ideas, conceptos e influencias. Ya estos barceloneses, con su demo Southern Heartbreakers de 2009, comenzaron a reventar tímpanos, volviendo ahora al otorrino para ver si lo suyo es normal, sano… o por el contrario enfermizo. Y la verdad es que lo de este trío es patológico, algo realmente antihigiénico. Sobre esto último, he de decir que vuelven a conseguir dos años después un sonido sucio, obsceno y hasta indecoroso. No por falta de calidad en cuanto a resultado, sino porque en esta ocasión, en los estudios Akord’s (donde grabaron los CRYSYS su demo) han vuelto a atrapar el sentimiento creado en los Tentacular Sound en 2009. Y ese sonido plasma en una ecuación matemática, sencilla y muy simple, una derivación que da lugar a un término importantísimo en nuestro rollo: ACTITUD. Al menos para un servidor.
La incorrección política en este coliseo alcohólico viene de serie, con una intro que sustituye hippies de los 60’s, punkies de los 80’s y bakalaeros y seguidores de las camisas de leñadores de los 90’s (y demás fauna «odiada» por los nuestros), por los actuales gafapastas, amable reducto de gente con la que la toman, con humor, el grupo.
No obstante, hablando de punk, BOURBON SOCIETY siguen bebiendo de él en cierto modo, como en temas como We Are From Barclay y Betty is a motor rocker, con claras influencias MOTORHEAD heredadas de su demo. Temas de rock and roll acelerado, del rollo americano, que degenera en infecciones a mayor escala, representadas por el heavy de Road Through Cthulhunya, el hard rock de War Tits, o el hard&heavy de Red Light, el temazo del disco en mi opinión. Me vienen a la cabeza influencias MOTLEY CRUE por el grado de macarrismo que desprende, y a nivel instrumental (si nos ceñimos a las guitarras), RATT y su Warren DeMartini. Evidentemente todo ello desaseado por el sonido impúdico del trío catalán. Y cómo no, no nos podemos olvidar de esos riffs de guitarra tan JUDAS PRIEST de Stripper, donde BOURBON SOCIETY hace desembocar la suciedad de sonido y apuesta en lo pornográfico a nivel de concepto. ¿Se puede ser más obsceno?
La respuesta es no. La cera sigue avanzando, manchando y engrasando los oídos de quien se atreve a entrar en el coliseo particular de estos músicos. Todo ello bañado en bastante alcohol, bourbon del bueno, en cinco copazos sin contar intro / outro, que nos sirve el trío. Difícil para el otorrino saber si los mareos y vértigo están producidos por esa cera y suciedad en los tímpanos o, por el contrario, es la borrachera de actitud y fiesta que destila cada uno de los surcos del disco. Quizás de todo ello un poco, ¿no?
Me parece que este disco va a caer