BA’AL (GBR) – Ellipsism, 2020
Está claro que sin los grandes nombres no habrían surgido posteriores referencias, pero empieza a ser ya demasiado genérico el mencionar a IMMORTAL, por ejemplo, como influencia de un grupo de black metal. Sobre todo con proyectos que ya no beben únicamente del núcleo, sino también de la evolución del mismo. Llamadlo moderneo, cambio generacional o lo que prefiráis, pero es una verdadera gozada escuchar cómo se crean o regeneran sonidos influenciados por tendencias y bandas más actuales.
Éste es uno de los muchos puntos fuertes de BA’AL, procedentes de Sheffield (Reino Unido), y en particular de su último trabajo y primer larga duración: Ellipsism, publicado en octubre de 2020 a través de Clobber records. ¿Y qué hacen? Pues un poquito de todo. De momento vamos a dejarlo en post-black metal, pero volveré a ello en los siguientes párrafos.
Pongámonos en situación primero comentando que Ellipsism viene precedido de dos EP, In gallows by mass (2017) y Reverence (2019), en los que ya iban marcando el camino que iban a tomar, y en los que también se produjeron cambios de formación.
Sin querer subestimar la labor previa de Steffan Beham (ahora en HIDDEN MOTHERS), la llegada de Icarus, también conocido como Joe Stamps y por ser el actual cantante de HECATE ENTHRONED, ha sido todo un acierto. Aunque con el nuevo vocalista se han excluido voces limpias en la música de BA’AL, ha supuesto la inclusión de más registros guturales. Icarus puede pasar desde el grito más agónico al black metal más pútrido y acabar en lo más cavernoso del doom. Exactamente lo que pide su música a nivel instrumental.
A la batería también se estrena Luke Rutter jugando con compases y tiempos y haciendo un trabajo espectacular a lo largo de todo el redondo. Por suerte, no hace un uso excesivo de los blast beats. Diría que, en general, su técnica va más enfocada al rock/post-rock, pero ni en las partes más aceleradas y duras le falta presencia o hueco por rellenar. A destacar en temas como «Jouska«, prestadle atención porque os hará bailar, o «Long live«.
Volviendo al estilo, lo primero que nos vamos a encontrar al poner el disco es un gutural de quince segundos acompañado de un ritmo que nos va a encender la bombilla del black metal de inmediato. Sobre todo notaremos esa marca en la voz y algunos riffs en las guitarras a lo largo del disco. Pero la presencia del sludge también se me hace muy obvia, la de una fase más experimental a lo OBSCURE SPHYNX hasta la parte más pura y ruda de PRIMITIVE MAN.
Metal alternativo, post-metal, screamo e incluso algún destello pseudo-pop como hacían THE ELIJAH (en «Rosalía«, donde también hacen uso del violín, me recuerdan mucho a ellos). Momentos ALCEST, post-black ambiental del tipo KARG o tan atmosférico y agonizante como el de AVAST, viniendo todos estos recordatorios sonoros representados en pequeños detalles que combinan en las diferentes fases que nos muestran y que acaban construyendo su propio sonido.
Y sin ser ninguna experta en el terreno de la producción, no creo que pudiesen haber obtenido un mejor resultado, tan elegante y cristalino como el conseguido en los No Studio de Manchester. Ya no porque los instrumentos estén en el plano correcto, sino porque han sabido definir muy bien cada uno. Los platos suenan preciosos; el bajo, más groovero y sludgy, se hace muchas veces con el protagonismo del ritmo sin dejar de dar paso al resto de instrumentos haciendo su contundencia y pesadez de alguna forma ligeras. Las guitarras, que van jugando entre ellas y tienen todo tipo de efectos, riffs, tremolos, solos… siempre suenan perfectas para cada uno de los modos.
Así que definitivamente es un disco al que merece la pena prestar buena atención. En buena parte creo que es debido a que, además de ser músicos que saben lo que están haciendo [echad un vistazo a su blog, tenéis material musical y playlists personales para entreteneros], son auténticos melómanos que escuchan todo tipo de música, y que no se olvidan de ponerle sentimiento y ganas a lo que hacen.
Comencé la reseña queriendo hacer hincapié en algunos de los aspectos más destacables, y termino resumiendo en que destacable es el disco entero. Porque, por más que lo intento, a Ellipsism no le encuentro un solo pero.