Alexi Laiho (1979-2020)
A fecha de lunes 4 de enero se anuncia inesperadamente la muerte de Alexi Laiho tras arrastrar problemas de salud durante largo tiempo. La fecha exacta de la muerte no se ha anunciado. El guitarrista fallece a la edad de 41 años dejando atrás a una esposa, Kelli Wright, con quien contrajo matrimonio en 2017, además de un extenso legado musical.
Alexi Laiho será siempre recordado como fundador de CHILDREN OF BODOM, la banda que constituye el verdadero legado de su carrera. Surgido como uno de los proyectos de la prominente escena finlandesa de finales de los noventa, CHILDREN OF BODOM se convertiría en una de las bandas más importantes del metal de la primera década del siglo veintiuno. El grupo supo apelar al mainstream sirviendo a su vez como puente entre el metal extremo y el más clásico, además de ser uno de los nombres más exitosos del país que durante estos años se convirtió en el mayor exportador mundial de heavy metal. Pero al mismo tiempo Laiho se dejó notar en colaboraciones y participaciones en muchos otros proyectos, forjando una reputación que le sirvió para lograr numerosos reconocimientos como guitarrista por parte de diversas publicaciones, además del respeto de bastantes compañeros de profesión y, por supuesto, de quienes vivimos nuestros años de adolescencia durante la época dorada de su proyecto más importante.
Alexi Laiho nace en 1979 en Espoo. Se sabe que tuvo una educación musical temprana (algo que no es raro en Finlandia) y que de niño tocaba el violín antes de empezar con la guitarra a la edad de once años. Su carrera en el mundo musical da comienzo cuando funda INEARTHED junto con el batería Jaska Raatikainen, siendo ambos apenas unos adolescentes. Los dos se conocían desde niños. Completaría la formación el bajista Samuli Miettinen para grabar su primera demo, Implosion of Heaven (1994), aunque en la segunda, Ubiguitous absence of remission (1995), quedarían como dúo debido a la marcha del bajista a Estados Unidos.
Esta segunda demo marca el inicio del papel de Laiho como principal compositor y letrista, además de la introducción en el sonido de la banda de un elemento que sería esencial en CHILDREN OF BODOM: los teclados. En este primer intento Jaska y Alexi se repartieron las labores a las teclas.
Estas dos primeras demos muestran a un grupo claramente novato con un estilo poco definido que se mueve entre el heavy metal clásico y el metal extremo melódico que en esos años empezaba a adquirir notoriedad, con AMORPHIS como referente más claro en Finlandia. El estilo de INEARTHED era aún rudimentario, pero ya mostraba la intención de combinar influencias y el talento de la banda para crear melodías pegadizas.
Para la tercera demo el grupo ya contaría con el guitarrista Alexander Kuoppala y el bajista Henkka “Blacksmith” Seppälä, además del teclista Jani Pirisjoki. Consecuentemente, Shining (1996) suena mucho más parecido a lo que más adelante podría oírse en los primeros tiempos de CHILDREN OF BODOM. De hecho, es fácil encontrar melodías y pasajes que posteriormente se reciclarían para composiciones de CHILDREN OF BODOM.
Jani Pirisjoki sería remplazado por Janne Wirman a los teclados. Ya con la formación completa, INEARTHED cambiaría su nombre por CHILDREN OF BODOM para la edición de su primer álbum. Something wild fue lanzado en 1997 por Spinefarm Records, y dejó claro desde el principio que se trataba de una banda con una personalidad muy especial. Era un disco difícil de etiquetar en el que se combinaba el metal extremo con un trabajo melódico de carácter neoclásico que podía recordar a Yngwie Malmsteen. Las influencias de la banda eran aún muy heterogéneas, pero Something wild supo conectar con la escena apareciendo en el momento más adecuado. A finales de los noventa el metal extremo se diversificaba. El death metal evolucionaba hacia formas más brutales y elitistas por un lado y más melódicas y accesibles por otro. El black metal vivía un proceso de reconstrucción tras la vorágine de la escena noruega. El thrash metal no había resucitado aún y el power metal se estaba convirtiendo en la alternativa más valiosa para el público amante de los estilos más clásicos. CHILDREN OF BODOM ofrecía algo para todo el mundo. Las influencias de Alexi Laiho abarcaban desde OZZY OSBOURNE o W.A.S.P. hasta DISSECTION pasando por STRATOVARIUS o STEVE VAI. Something wild nos dejaría clásicos como “Deadnight warrior” o la absolutamente magistral “Lake Bodom”.
El segundo disco de la banda, Hatebreeder (1999), ahondaría especialmente en la faceta más melódica del grupo, conformando una combinación de power metal y death metal que convirtió al álbum en el favorito de gran parte del público durante mucho tiempo. El preciosismo instrumental cobraba especial protagonismo, manifestándose en especial en los solos y los diálogos entre guitarra y teclado y las melodías en la conocida escala menor armónica. Aquí se ponen de manifiesto las mencionadas influencias varias de Laiho, tanto en su forma de escribir música como en su faceta como intérprete instrumental. Hatebreeder era un disco más accesible y pegadizo que Something wild, mucho menos oscuro y más triunfal, y dejó algunos de los clásicos imprescindibles de la carrera del grupo, como “Silent night, Bodom night” o “Downfall”.
En cualquier caso, debe señalarse que los problemas personales que Laiho arrastró durante tanto tiempo estaban ya pasándole factura durante estos años. En el período comprendido entre los dos primeros álbumes de CHILDREN OF BODOM estuvo lidiando con la depresión, hasta el punto de ser hospitalizado por sobredosis de alcohol y tranquilizantes en intento de suicidio. Tristemente, el guitarrista tendría que seguir luchando contra sus demonios en el futuro.
En esta época Laiho trabajó en otros proyectos musicales además de CHILDREN OF BODOM, quizá para asegurarse un futuro profesional o bien como forma de explorar sus diferentes facetas. Colaboró temporalmente con la banda de black metal de Espoo THY SERPENT, y también con IMPALED NAZARENE, una de las bandas más míticas del black metal de Finlandia y también de las más problemáticas y políticamente ambiguas. Llegó a colaborar como guitarrista en el disco Nihil (2000), pero no volvería a involucrarse con el grupo tras esta primera experiencia.
Mayor proyección tuvo SINERGY, una especie de supergrupo en el que Alexi Laiho compartía filas con la vocalista Kimberly Goss (quien también había trabajado con bandas como THERION o DIMMU BORGIR y que también participó en Hatebreeder e incluso escribió la letra de “Silent night, Bodom night”), el bajista Sharlee D’angelo (KING DIAMOND, MERCYFUL FATE, ARCH ENEMY, etc), el batería Rony Milianowicz y el guitarra Jesper Strömblad (CEREMONIAL OATH, IN FLAMES, etc). SINERGY lanza en 1999 su primer álbum, titulado Beware the heavens y enfocado a un heavy/power metal melódico y potente. Al año siguiente, To Hell and back se movería por terrenos similares, aunque la formación cambiaría por completo, manteniéndose únicamente Kimberly Goss y Alexi Laiho y entrando Marco Hietala de TAROT y NIGHTWISH al bajo, Tommi Lillman de TO/DIE/FOR a la batería y Roope Latvala a la guitarra, veterano músico finlandés cuyos inicios en el metal se remontan a finales de los ochenta con el clásico grupo de thrash metal STONE.
Tras un álbum en vivo editado en 1999 (Tokyo Warhearts, aprovechable para comprobar la forma del grupo en directo en sus primeros años), en el año 2000 aparece el tercer disco de CHILDREN OF BODOM: Follow the Reaper. El álbum muestra la madurez definitiva de la banda, con un estilo que se alejaba de la influencia power de Hatebreeder sin renunciar a las melodías neoclásicas, integrándolas en un sonido moderno pero a la vez perfectamente compatible con el heavy metal más clásico. Los teclados, los numerosos arreglos y las estructuras cambiantes de las composiciones dan a Follow the Reaper un aire oscuro, sugestivo y misterioso, además de una sobriedad y una elegancia que el grupo nunca recuperaría. Los desarrollos melódicos cobran un sentido de direccionalidad notable, y temas oscuros y dramáticos como “Mask of sanity” o “Everytime I die” se combinan con otros como “Hate me!” en los que se deja espacio para la diversión. En otras palabras, Follow the Reaper define la evolución de CHILDREN OF BODOM y marca las directrices básicas que seguirían sus posteriores obras.
En 2002 aparecería el tercer álbum de SINERGY, titulado Suicide by my side. Mucho más cercano al heavy metal clásico que al power metal, e incluso con algunas sutiles influencias de death/thrash metal melódico que lo convertían en un disco más sucio y agresivo, Suicide by my side fue un álbum potente y dinámico que mostraba a la formación bien encajada y coordinada y que presentaría un sobresaliente trabajo de guitarras por parte de Alexi Laiho y Roope Latvala. Aquí puede sin duda oírse a Laiho en su mejor momento.
También en 2002 Kimberly Goss y Alexi Laiho se casan tras varios años de relación. La pareja se separaría dos años después, quedando sin embargo en términos amistosos e incluso anunciando su intención de dar continuidad a SINERGY. Lamentablemente, a pesar de la estrecha amistad que siempre conservaron, estas intenciones no llegaron a materializarse, quizá por las dificultades logísticas de mantener un proyecto internacional con miembros de bandas activas o por el hecho de que CHILDREN OF BODOM requería cada vez más dedicación de Alexi debido a su creciente popularidad, al tiempo que Kimberly Goss encontraba el éxito profesional fuera de los escenarios. En consecuencia, Suicide by my side sería, desafortunadamente, el último disco de SINERGY.
A comienzos de 2003 Alexi Laiho comienza su relación profesional con ESP, marca que lo patrocinaría lanzando un modelo signature. Su diseño está basado en la reconocible forma de la clásica Jackson de Randy Rhoads, que era el tipo de guitarras que Laiho usaba hasta el momento. El guitarrista seguiría con ESP durante toda su carrera.
El cuarto álbum de CHILDREN OF BODOM aparece en 2003 con el título de Hate Crew Deathroll. El grupo mantiene las señas estilísticas de Follow the Reaper, pero acercando su sonido al de un thrash metal moderno y contundente. Se trata de un disco sin duda mucho menos oscuro y sobrio que Follow the Reaper, pero más rudo y agresivo. En otras palabras, el grupo se mantiene fiel a su identidad pero ofreciendo una cara diferente. “Needled 24/7”, “Sixpounder” o “Bodom Beach Terror” dan cuenta de la riqueza de este nuevo enfoque. CHILDREN OF BODOM acompañaría este cambio con su propia estética, adoptando una imagen de heavy metal urbano y contemporáneo que ya no abandonaría. Hate Crew Deathroll supone un éxito enorme para la banda y le permite encabezar su propia gira. Estos son sin lugar a dudas los años de mayor popularidad para CHILDREN OF BODOM.
Hate Crew Deathroll termina de consolidar a CHILDREN OF BODOM como una de las bandas más importantes de su época en Finlandia y en el mundo. La proyección internacional del grupo da un salto cuantitativo enorme y la vida en la carretera empieza a hacer mella en él. Se produce entonces la primera baja: Alexander Kuoppala, quien no desea continuar con ese modo de vida. La banda había afirmado que no seguiría adelante en caso de producirse un cambio de formación; sin embargo, al haber sucedido la marcha de Alexander de forma amistosa y sin conflicto, se toma la decisión de continuar. El puesto de guitarrista acaba siendo para, seguramente, la opción más obvia: Roope Latvala. El veterano guitarrista, que había formado parte de una de las bandas más influyentes para CHILDREN OF BODOM y para el metal de Finlandia en general, no sólo era un referente para Alexi, sino que había demostrado una gran química con él en SINERGY.
El ritmo de vida de carretera también pasa factura a Alexi, quien vuelve a acusar sus problemas con el alcohol. Su falta de autocontrol también le lleva a sufrir lesiones por su actitud irreflexiva que merman su capacidad para tocar la guitarra. Laiho arrastraría estos problemas durante toda su vida. En retrospectiva puede considerarse que el punto álgido de CHILDREN OF BODOM marca también el inicio de su decadencia. Todo esto se ve reflejado en su siguiente álbum ya desde su mismo título: Are you dead yet?
Editado en septiembre de 2005, Are you dead yet? es un álbum de thrash/death metal melódico moderno aún más seco, sucio y agresivo que Hate Crew Deathroll, pero que también muestra un carácter sombrío y oscuro similar al de Follow the Reaper. Por otra parte, el uso de riffs más sencillos y directos y la cercanía al metal moderno más popular de aquellos años, tanto en técnica como en producción, no consiguen seducir a una parte del público fiel a las raíces más clásicas de la banda. En este sentido, también es seguramente el disco más infravalorado de COB. La entrada de Roope Latvala sienta bien a la banda, y muchos de los temas, como “In your face”, “Living dead beat” o la propia “Are you dead yet?” muestran una intensidad y un carácter melancólico nunca antes visto en un disco de COB. Al año siguiente se lanzaría Chaos ridden years, un álbum en directo que documentaba la gira de Are you dead yet? y que quedaría como testimonio de los primeros (y mejores) años de CHILDREN OF BODOM.
En esta época Alexi Laiho diversifica enormemente su actividad musical. Comienza a colaborar con músicos y proyectos muy diferentes, tales como ANNIHILATOR, HYPOCRISY, MARTY FRIEDMAN, PAIN o el proyecto en solitario de Janne Wirman, llamado WARMEN. La lista de colaboraciones se alargaría notablemente con los años, formando un currículum que no tendría sentido reproducir aquí. A nivel más personal, formaría KYLÄHULLUT, un proyecto de punk/crossover en el que compartiría filas con Tonmi Lillman y Vesa Jokinen. El grupo lanza dos trabajos en formato EP y otros dos en larga duración entre 2004 y 2007. Tristemente, el proyecto llega a su fin en 2012, año en el que fallece Lillman.
CHILDREN OF BODOM no tarda demasiado en volver a la actividad, y en 2008 aparece Blooddrunk. La aceptación por parte del público es desigual. Blooddrunk prosigue el camino de Are you dead yet? mostrando una afinidad especial hacia los sonidos modernos de death metal melódico, el nuevo thrash metal o el metalcore. Una parte de la audiencia no termina de aceptar que COB se adapte a sonidos en ese momento populares que, sin embargo, ya están comenzando a mostrar signos de saturación. Otras personas siguen echando de menos el pasado neoclásico del grupo. De cualquier forma, Blooddrunk muestra una de las características más meritorias de CHILDREN OF BODOM: el modo en que consiguen adaptar su estilo, que por otra parte estuvo desde el principio marcado por la pluralidad de influencias, a tendencias y propuestas diferentes, evitando la repetición. Sin embargo, Blooddrunk adolece de una irregularidad que marcaría el resto de álbumes de la banda hasta su desaparición. El disco contiene algunos temas con ideas brillantes, como “Hellhounds on my trail”, “Tie my rope” o “One day you will cry”, que coexisten con otros mucho menos inspirados.
A partir de este punto la trayectoria de CHILDREN OF BODOM se ve marcada por los altibajos. En 2009 la banda cancela las últimas fechas de su gira por América debido a una nueva lesión de Alexi. En 2011, Relentless reckless forever da claras muestras de cansancio y consigue una tibia aceptación. La fórmula parece gastada y predecible, y apenas sobrevivirían temas de este álbum en los directos de la banda. El propio Laiho lo señalaría como el disco del que menos satisfecho se sentía. En 2012 el guitarrista es hospitalizado de nuevo debido a una infección, obligando a cancelar fechas. CHILDREN OF BODOM vive uno de sus momentos más bajos.
En 2013 Laiho forma el supergrupo THE LOCAL BAND junto con Jussi 69 (batería de THE 69 EYES) y otros músicos conocidos de Finlandia. El proyecto se concibe como banda de versiones con la idea de tocar temas clásicos de hard rock de grupos como BON JOVI, VAN HALEN o GUNS ‘N’ ROSES. Llegaron a editar un EP en 2015.
Mientras tanto, para CHILDREN OF BODOM puede decirse que Halo of blood (2013) supone una pequeña resurrección personal. COB recupera gran parte de la influencia neoclásica de los primeros álbumes en las melodías, e incluso pasajes de blastbeat deudores de la herencia black metal. También es fácil acordarse de la atmósfera elegante y sugestiva de Follow the Reaper, con los teclados recuperando peso tras asumir un papel más secundario en las últimas obras. Es seguramente uno de los último grandes discos del grupo.
También es el último en el que participa Roope Latvala. En I worship Chaos (2015) todas las labores de guitarra corren a cargo de Alexi Laiho. Este álbum prosigue en el intento de Halo of blood de integrar influencias de todas las épocas del grupo, pero acusa una mayor irregularidad y deja notar la ausencia de un segundo guitarrista.
En ese mismo año Alexi Laiho escribe “100 guitars from Hel”. La composición cumple lo que promete: una pieza para cien guitarras. Alexi y el resto de guitarristas interpretan el tema como apertura del Helsinki Festival.
Tras I worship Chaos entra en la banda Daniel Freyberg para cubrir el puesto de segundo guitarrista, y en 2019 aparece el que sería el canto de cisne de CHILDREN OF BODOM: Hexed. Ya desde la letra del primer tema, “This road”, se ve reflejado el cansancio por el modo de vida de la banda y el ritmo de giras y directos. Hexed muestra al grupo claramente en un momento bajo. Sin embargo, el grupo se revela musicalmente muy inspirado, consiguiendo aunar sonidos de todas las etapas de la banda con frescura renovada y dejando grandes melodías con gancho en canciones como “Under grass and clover”, “Platitudes and barren words” o la homónima “Hexed”. Hoy podemos verlo como una más que digna última obra y seguramente uno de los mejores álbumes de la etapa tardía de COB junto con Halo of blood.
Y por fin a finales de 2019 se anunciaba el fin de la historia. CHILDREN OF BODOM se disolvía, y Alexi Laiho decidía continuar con Daniel Freyberg bajo el nombre de BODOM AFTER MIDNIGHT. La presentación de la banda en los escenarios se ve frenada por la pandemia de COVID-19 al tiempo que se prepara la publicación de nuevo material, pero, como sabemos, esto no sucederá. Las pocas canciones que llegó a escribir Alexi Laiho para BODOM AFTER MIDNIGHT se publicarán póstumamente.
En sus últimos años Alexi Laiho estaba alejándose del alcohol en las giras pero su salud se resentía. Hubo fechas canceladas en las giras de algunos discos debido a hospitalizaciones, y en general podía verse que el guitarrista no se encontraba en su mejor versión. Con todo, está claro que su intención era seguir haciendo música. Nunca dejó de hacer música, y esa parece que fue su principal motivación a lo largo de unos años en los que acusó un modo de vida que lo alejó de su potencial.
Alexi Laiho deja una extensa producción musical además de una gran reputación como músico. Pasa a la historia como uno de los referentes del mundo de la guitarra para toda una generación, y quizá como el primer guitar hero del metal del siglo XXI tras un largo período parco en nuevos nombres. Más aún, consiguió aunar en su banda lo extremo y lo clásico, la diversión y la rebeldía adolescente, la brutalidad y la técnica, el nihilismo punk y la actitud de rockstar, en un constructo de metal total. CHILDREN OF BODOM será recordado como una de las referencias más determinantes de su generación, y Alexi Laiho como un compositor brillante y una inspiración para muchos de los grandes guitarristas de hoy.
Las redes se han hecho eco de la noticia, con numerosos nombres del mundo de la música enviando mensajes de apoyo a la familia, expresando sus sentimientos de pérdida o compartiendo recuerdos con el músico. Entre todos estos nombres destacan los de varias de las grandes influencias del propio Laiho. Pero también fue uno de los nombres más reconocibles y destacados para quienes vivimos nuestra juventud, y los años más intensos de nuestra vida, en la época en que CHILDREN OF BODOM era una banda nueva y Alexi una promesa de futuro. Es sorprendente la cantidad de veces que he visto repetida en estos últimos días la siguiente frase: “empecé a tocar la guitarra por él”. Seguramente ese fue el mayor logro de Alexi Laiho.
A título personal no quiero decir mucho más. La música de Alexi Laiho significó mucho para muchas personas. Para mí significa tanto hoy como significó hace veinte años, y me entristece profundamente escribir sobre su final.