’77 + ROCK FUCKTORY – Valencia – 11/11/11
Espectacular noche de Rock’n’Roll la vivida el pasado viernes en la sala Rock City. A juzgar por lo experimentado podemos congratularnos, una vez más, de que el Rock en este país esté pasando por un gran momento. No tanto por la asistencia de público (escasa quizá por ser viernes el día y temprana la hora) sino por la calidad de las bandas que compartieron el escenario de la sala valenciana: el high voltage de los barceloneses ’77 precedidos por el hard rock clásico de ROCK FUCKTORY.
Con la Rock City prácticamente vacía salieron ROCK FUCKTORY con LA ACTITUD que se le debe suponer a una gran banda. Poco les importó la escasa afluencia de público porque desde que pusieron sus pies en el escenario aquello fue un derroche de estilo y saber hacer hard rockero. Salieron a matar y divertirse con la confianza que da saberse grandes músicos: dos guitarristas (Charlie y JP) que se reparten las tareas solistas con ejecuciones de altísimo nivel, una sección rítmica de lo más sólida y solvente (compuesta por la batería de Fede y el nuevo fichaje al bajo de Calpe) y, por encima de todo, uno de los vocalistas más sobresalientes que se pueden encontrar en Valencia. La garganta de Jose es un instrumento privelegiado que repasa con soltura el legado de clásicos como Paul Rodgers y David Coverdale dándole mucho soul a sus interpretaciones. Con todas esas variables en la ecuación estamos deseando que se edite pronto la próxima entrega discográfica de ROCK FUCKTORY.
Y tras la actuación de la banda valenciana la descarga más energética de rock’n’roll vitaminizado que he visto en mucho tiempo… Admito que iba con reticencias ante la propuesta de ‘77, pues estamos hablando del legado de AC/DC: sagrado e intocable, por encima del bien y del mal. Craso error. ‘77 saben transmitir la más pura esencia de los australianos: energía, energía y toneladas de más energía. Desde el minuto 0, Johnnie, Mr. Raw, Armand y un descamisado LG salieron a merendarse la sala (la cual estaba lejos de completar aforo, pero que ya contaba con un buen número de asistentes) y dieron buena cuenta de sus dos trabajos discográficos. Tras los parches parecía en ocasiones que el señor Dolphin fuera a reventar los timbales. El mástil del Rickenbacker de Mr. Raw apuntaba al cielo mientras su cabeza escupía al infierno. Armand, que podría ser el hijo bastardo de la guitarra de Malcolm Young y la garganta de Bon Scott, totémico ante el micro y haciendo vibrar sus acordes. Y después está LG. El solista es incapaz de mantenerse diez segundos en el mismo sitio. Al más puro Angus-style recorre el escenario impulsado por espasmos eléctricos que incluso le obligan a bajarse de las tablas y recorrerse la sala entera, provocando la respuesta entusiasta de los allí presentes. Indescriptible.
Lástima que la afluencia de público no acompañase como hubiera correspondido, pero, aún así, cualquiera de los creyentes marchó de la sala con el convencimiento de haber asistido a una espectacular noche de Rock’n’Roll.